El trabajo se ejecutó con gran cuidado y meticulosidad, y resultó incluso mejor de lo que había imaginado. Esto es gracias a Federico, un artista realmente capaz y atento a los detalles, además de ser un tipo bien informado sobre temas de actualidad, lo que en estos tiempos no viene nada mal. Para la pasión que le ponen, la agradable compañía que te dan y la calidad con la que trabajan, los precios son muy honestos. Cuando salí, entre todos los pensamientos que pasaron por mi mente, adquirí una nueva certeza: seguiré haciéndome mi próximo tatuaje en Meno Uno, sin ninguna duda.